Descripción de la actividad:
En primer lugar, utilicé un tarrito con un poquito de azúcar y otro con un poquito de sal.
Le di a probar primeramente el azúcar. Una vez lo probó, le dije: «Esto es azúcar».
Luego, hicimos lo mismo con la sal. Una vez que diferenció el sabor y la textura de la sal y el azúcar, le di a probar chocolate y queso en un mismo bol.
Primero cogió el chocolate. Lo probó y le pregunté: «¿A qué sabe? ¿Al azúcar o a la sal? Ella señaló el azúcar.
Posteriormente, hicimos lo mismo con el queso. Le volví a hacer la misma pregunta y ella señaló la sal.
Este proceso lo realizamos varias veces, hasta que la comida acabó. En mi caso me quedé aquí, al menos por ahora. Sin embargo, cuando realicemos el repaso de todo lo aprendido durante el curso, le volveré a realizar la actividad pero con una dificultad un tanto mayor. Seguramente le mezclaré más comidas dulces y saladas. Se podrían mezclar frutas diferentes o gominolas con galletas saladas, patatas fritas, embutidos variados, etc. Recordar adaptar los bocados a la capacidad del niño o la niña para evitar atragantamientos y sobre todo, no quitarles los ojos de encima.